sábado, 9 de marzo de 2013

Las chicas del CAEP

Hace unos cuantos años, las autoridades correspondientes aprovecharon la tradición deportiva que había en Soria en cuestión de atletismo (gracias a Abel Antón, a Fermín Cacho y a Enrique Pascual Oliva, entrenador de ambos atletas) y de balonvolea (gracias al equipo masculino, impulsado sobre todo por José Miguel Serrato) para crear un centro de alto entrenamiento deportivo que propiciara el surgimiento de figuras emergentes en ambos deportes.

Sin menospreciar lo conseguido en atletismo, yo siempre he identificado las sonoras siglas CAEP con el equipo femenino de balonvolea. La idea consiste en concentrar en Soria de forma permanente a la selección juvenil de voley femenino, que entrena todos los días en nuestra ciudad y, para foguearse, compite en la SF2, que viene a ser el equivalente de una segunda división absoluta. Las jóvenes concentradas en Soria son chicas de dieciséis, diecisiete y dieciocho años que tienen que batirse el cobre contra equipos de mujeres hechas y derechas. Todas las jugadoras se alojan en la misma residencia juvenil de la Junta y todas ellas cursan sus estudios en mismo instituto (el IES “Castilla”), para poder disputar el campeonato del mundo de centros docentes, campeonato que ganaron el curso 2011-2012. El actual entrenador del equipo es el citado José Miguel Serrato.
Por cuestiones de edad, nunca pude dar clase a ninguna de estas abnegadas estudiantes y deportistas, pero me he fijado en el deambular de sus longilíneas figuras por los pasillos del instituto, siempre enfundadas en sus ropas deportivas y siempre con el pelo recogido, como si en cualquier momento fueran a obsequiarnos con un improvisado partido en el vestíbulo del centro. Lejos de ir haciendo alarde de sus condiciones físicas, se mueven por el instituto con la parsimonia y el silencio propios de las personas adultas y educadas, cosa que contrasta con los alocados movimientos y empujones de la mayoría de sus compañeros, cada año más asilvestrados.
Gracias a ese engendro llamado MAE (la alternativa no evaluable a la Religión), este año me he tenido que hacer cargo de un grupo de alumnos de 1º de bachillerato y por fin he coincidido en el aula con una de estas jugadoras: la líbero mallorquina Maria Antònia Gomila, cuya proeza lanzando el balón medicinal ha trascendido ampliamente las fronteras de su clase de Educación Física y aun del instituto. Más tarde he sabido que otra de mis alumnas más jóvenes de música, Alejandra Olalla, ha empezado a entrenar también bajo la disciplina del CAEP. Darle clase a 'Gomi' y a Alejandra ha reavivado en mí una afición al balonvolea que permanecía latente desde los lejanos tiempos en que yo hice alguna vez de improvisado colocador de “Chuchi” Hornillos en el patio del Instituto “Machado” y desde los tiempos, más remotos aún, en que aprendí los rudimentos del voley con el mismísimo José Miguel Serrato en el colegio de los Franciscanos, con más lágrimas que sudor.
Da gusto ver jugar a las chicas del CAEP en el polideportivo de Los Pajaritos. Sin ir más lejos, resultó emocionante el encuentro en que derrotaron, en buena lid, al potente equipo de Sant Cugat.
Las próximas citas son el 23 de marzo a las cuatro y media de la tarde (día en que jugarán contra el Xuvenil Teis, de Vigo) y el 24 de marzo, a las 12 de la mañana (día en que medirán sus fuerzas contra el Cantabria Deporte). A ver si os dejáis ver por ahí y animáis a las de Soria, que lo merecen. Además, es gratis. Gratis total, como dijo el finado Enrique Múgica.