miércoles, 5 de noviembre de 2014

El arte de no complacer al lector y de salir más que airoso del empeño




Me parece excesivo el reconocimiento que está obteniendo En la orilla, de Rafael Chirbes, libro que ha encabezado varias clasificaciones sobre la mejor novela española del último o de los últimos años y que está logrando numerosos premios oficiales.

A mí me ha costado mucho trabajo leerlo y he amagado con dejarlo varias veces. Es cierto que está escrito con pulcritud las más de las veces e incluso con brillantez en no pocas ocasiones, pero el estilo de Chirbes -no nos engañemos- no es lo suficientemente poderoso como para compensar la sordidez de los ambientes, las nada escasas reiteraciones, unos personajes que sólo despiertan indiferencia y la ausencia de intriga en un discurso cuya única técnica es el monólogo interior.

El 30 de mayo de 2014, El Mundo publicó una relación con las veinticinco mejores novelas españolas de los veinticinco últimos años. Ni Eduardo Mendoza ni Antonio Muñoz Molina ni Javier Marías ni Fernando Aramburu lograron que figurara más de una novela suya en esa lista; Rafael Chirbes es el único autor que consiguió que tres de sus novelas se situaran en esa relación y nada menos que en los puestos primero (En la orilla), tercero (Crematorio) y octavo (La larga marcha). Aunque fueron otros los críticos que hicieron la selección, Ángel Vivas redactó el artículo con los comentarios relativos a cada una de las novelas elegidas; refiriéndose a la última de estas tres novelas, Vivas (de quien recuerdo excelentes artículos suyos en la revista de MUFACE) hace referencia a la "falta de complacencia" habitual en Chirbes. Probablemente, Ángel Vivas quiso decir que la obra de Chirbes huye de todo recurso fácil (intriga policiaca, maniqueísmo, etc. ) pero no, hizo referencia a la “falta de complacencia”.

Hace mucho tiempo que no he leído ninguna definición de literatura, pero todos los años releo la excelente definición de música que dio Jean-Jacques Rousseau: “el arte de combinar sonidos de una manera agradable al oído”. Parafraseándola, podríamos decir que la literatura es el arte de combinar palabras de manera que resulte igualmente agradable al lector, pero parece que Ángel Vivas, para alabar a Chirbes, valora precisamente lo contrario: que la literatura no complazca a quien la lee.

No me extraña que, si tanto hemos cambiado desde Rousseau acá, las novelas de Chirbes se sitúen en cabeza de todas las clasificaciones habidas y por haber sobre las mejores novelas del universo mundo.

1 comentario:

Antonio Meroño dijo...

Pues, como digo, no he léido nada de Chirbes, y si le dan tanto pàbulo a sus novelas, quizá sea que tienen calidad, quizá no.
No entiendo, igual que Jose, que no aparezca más Muñoz Molina, cuya novela sobre la guerra civil, "la noche de los tiempos", me parece la definitiva sobre el tema. El escritor español que prefiero es, con diferencia, Vila-Matas, aunque creo que tiene ya el suficiente crédito de la crítica, no sólo la española, y de público.